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Silk Moon is the union of two musicians but also two instruments. Renaud Garcia-Fons and his legendary bass with 5 strings joins Derya Turkan and kemence -small violin with 3 strings that is played with a bow and has its origins in the Mediterranean orientale-. Their compositions are fed Oriental, Mediterranean and Latin influences, and their music is inspired by the lyrical expression and the deep song of the tradition of Oriental Maqam and Cante Jondo Andalou. Their two instruments, the smallest and largest of the stringed instruments, are a natural complementarity of stamps and game modes and together produce the effect of a real orchestra.
Renaud García-Fons met Derya Türkan when they played together with famous turkish Ney player Kudsi Erguner in 2006.
After all these years, they simply and obviously had the envy to record together again.
Their music is fed by eastern, mediterranean and latin influences, inspired by the lyrical expression and the deep chant from the tradition of Oriental Maqam and Andalusian Cante Jondo and based on their own compositions.
Their two instruments, the kemence and the double bass are the smallest and the tallest instruments played with bows and they together astonishingly and naturally sound as a complete orchestra.
Renaud and Derya both plays them way beyond the usual tradition to discover new musical spaces, rhythmic, subtle and poetic.
With its unheard instrumentation, this duet leads to an intense moment of emotion and musical passion.
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Silk Moon es la unión de dos músicos, pero también de dos instrumentos. Renaud Garcia-Fons y su legendario bajo de 5 cuerdas se une a Derya Turkan y el kemence -pequeño violín de 3 cuerdas que se toca con arco y tiene sus orígenes en el Oriente mediterráneo-. Sus composiciones se nutren de influencias orientales, mediterráneas y latinas, y su música se inspira en la expresión lírica y el canto profundo de la tradición del Maqam Oriental y el Cante Jondo Andalou. Sus dos instrumentos, el más pequeño y el más grande de los instrumentos de cuerda, son una complementariedad natural de timbres y modos de juego y juntos producen el efecto de una verdadera orquesta.
Renaud García-Fons conoció a Derya Türkan cuando tocaron juntos con el famoso intérprete turco de Ney Kudsi Erguner en 2006.
Después de todos estos años, simplemente y obviamente tenían la envidia de volver a grabar juntos.
Su música se nutre de influencias orientales, mediterráneas y latinas, inspirada en la expresión lírica y el canto profundo de la tradición del Maqam oriental y el Cante Jondo andaluz y basada en sus propias composiciones.
Sus dos instrumentos, el kemence y el contrabajo, son los más pequeños y los más altos tocados con arcos y juntos suenan de forma asombrosa y natural como una orquesta completa.
Renaud y Derya los tocan más allá de la tradición habitual para descubrir nuevos espacios musicales, rítmicos, sutiles y poéticos.
Con su instrumentación inédita, este dúo conduce a un intenso momento de emoción y pasión musical.
01 - Silk Moon
02 - A Girl From Istanbul
03 - Istanbul'Da Bir Ispanyol
04 - Kaman Tché
05 - Bahar Zamani
06 - Prayer Song
07 - Konstantinoupoli Reflections
08 - Dokuz Sekiz
09 - Camino De Sed
10 - Bosphorus Nostalgia
11 - Nishapur
12 - Beautiful House In Bad Homburg
13 - Lamentos
14 - Taksim Clouds
Credits:
Double Bass [5 String], Percussion, Arranged By – Renaud García-Fons
Kemenche – Derya Türkan
Theorbo – Claire Antonini # 10
2014
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thank for the original uploader
García Fons siempre ha arrastrado el mismo complejo: ser un músico de formación clásica al que sus profesores no dieron el paso al circuito clásico. Su ambición era ser un Mischa Maisky. Al verse rechazado, quiso entrar en el terreno clásico por la puerta de atrás, o sea, mediante un hit como “Ya Zina” de Raïna Raï. Su venganza consistía en triunfar antes quienes le impidieron su futuro en las salas de concierto clásico. Quería ser en el cello lo que Jean Pierre Rampal en la flauta: un músico clásico haciendo excursiones en el mundillo del jazz. Sólo lo ha conseguido en sueños.
ReplyDeleteLlegó demasiado tarde para el boom del flamenco protagonizado por Paco de Lucía. En el año 2000 fue contactado para secundar a un guitarrista flamenco de renombre local, Paco Cepero, y se negó, pues él deseaba un papel estelar. Perdió el tren de ese temazo llamado “Agua Marina”. Dijo que sí a la asociación con David Peña Dorantes, por no meter la pata, hasta ahora la mejor colaboración de su vida. La guerra de egos hizo efímera esa asociación, sin que llegara el hit, que ambos esperaban realizar. Terminaron como el rosario de la aurora. De último ha organizado una agrupación en donde tiene un papel protagonista su hija Soleá. Está sacando los réditos que puede, pero el hit que esperaba tener se aleja cada día más más.
“Silk Moon” es un álbum en que se acerca a la música turca pese al título del mismo, aunque se trata de un empeño sincrético del folklore argelino y de la música de Nur Ali Elahi (Ostad Elahi). Es irritante lo que hace en lo relativo a los títulos, porque mezcla idiomas, como alguien que quisiera quedar a bien con todo el mundo y parecer exótico u original.
Por cierto, Derya Türkan es un músico que arrastra una buena piña de complejos, aunque diferentes de los de García Fons. Se trata de un violinista clásico cuya carrera nació truncada por no llegar a ser lo suficientemente virtuoso. Le da por hacerse “virtuoso” del kemence que, qué casualidad, tiene sólo 3 cuerdas. Así ya se puede, campeón, pero es como ponerte a comer bellotas tras el descubrimiento del trigo. El sonido del kemence suena cansino y disonante. Cualquier instrumento de cuerda frotada en principio lo es. En Europa los luthiers se especializaron en eliminar los armónicos disonantes mediante toda clase de secretos técnicos. El caso de los Stradivari es del todo conocido. El kemence es un violín sin apenas desarrollo. A principios del siglo XVII, uno de los objetos que el imperio otomano importa son violines europeos, por lo que el kemence quedó en estado embrionario y reservado a mendigos y tribus nómadas. El oído se cansa rápido de su disonancia. Türkan va de nacionalista y de auténtico, pero suena más falso que un billete de 7 euros.
La pieza “Silk Moon” es una balada (más bien una nana) en mi menor de 6/4, que sigue la estructura de 32 compases AABA, el standard del jazz. La modulación de B lleva a do# menor. Si prescindimos del comienzo sobre la 5ª, no hay novedad.
A mi entender el “Ya Zina” que Fons busca se intenta en el segundo tema “A Girl from Estambul”. ¿Problema? El 5/4 sonará siempre a “Take five” y a “Unsquare Dance”. Brubeck ya estuvo ahí. A Salah El Mahdi estas componendas más que “fusión” las consideraba “colonialismo musical”. No se parte de un folklore, ni se hace nada por ahondar en una determinada tradición, sino que se usan muchos elementos ornamentales de distintas tradiciones para decorar una estructura inequívocamente occidental.
Lo dicho: lo mejor de Fons hasta el momento ha sido su mano a mano con Dorantes. Por desgracia terminaron a tortas.
;)
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