Una vez más decir lo infravalorado que fue este hombre en vida para lo magnífico músico que fue. Aprovecho para completar la entradilla.
Temas y compositores: - A Few Miles From Memphis (Harold Mabern). - I Get A Kick Out Of You (Cole Porter). - I Know That You Know (Anne Caldwell, Vincent Youmans). - I Remember Clifford (Benny Golson). - T-Bone Steak (Jimmy Smith). - Almost Like Being In Love (Frederick Lowe/Alan Jay Lerner). - Dear Lord (John Coltrane). - Nightlife in Tokyo (Harold Mabern). - She's Out Of My Life (Tom Bahler). - How Insensitive (Antonio Carlos Jobim, Norman Gimbel). - Mr. P.C. (John Coltrane). - One A Clear Day (Alan Jay Lerner, Burton Lane). - You Are Too Beautiful (Richard Rodgers/Lorenz Hart). - Rakin' And Scrapin' (Harold Mabern).
Cartel. - Pianista – Harold Mabern. - Saxo tenor – Eric Alexander. - Bajista – John Webber. - Baterista – Joe Farnsworth.
Tal vez esto arroje un poco de luz sobre esa más que cierta "infravaloración" de Harold Mabern como gran figura del Jazz:
La infravaloración es, en este contexto, un subproducto de sus decisiones profesionales (actuar demasiado como sideman) y la propia estructura económica del jazz. El éxito como acompañante de élite y el compromiso con la formación de la siguiente generación de músicos (su legado pedagógico) desviaron su enfoque de la construcción de una marca comercial individual. La invisibilidad que se percibe es un costo de haber elegido la estabilidad profesional y la mentoría generacional sobre la ambición de ser una estrella de los sellos discográficos.
La música de Mabern, descrita como "pura belleza" y sin pretensiones , habla por sí misma. Él encarnó la esencia del músico de jazz como narrador, cuyo arte siempre tuvo un mensaje profundo. Su legado se preserva y transmite no solo a través de sus grabaciones, sino a través de la influencia directa en innumerables alumnos que hoy dominan la escena del jazz.
Eres persona esperanzada. Es claro. Eso te ayudará a vivir bien. A mí me atrae la historia, aunque sea una pocilga y termine por cabrearme, pero no puedo evitar que me atraiga. Mi impresión es que en el mundillo del jazz hay un secreto a voces y es que la belleza cuenta y tiene un gran papel en la vida profesional. Si eres físico cuántico o vendes café seguro que también contará, pero mucho más si te dedicas a un arte escénico. Davis tuvo un inicio de carrera ya explosiva, porque era “ese negro guapo”. Atraía a las mujeres desde el principio (blancas, negras o verdes, daba igual). Parker lo sabía y, aunque para grabar llamaba a Dizzy, a McGhee, Dorham o a Rodney en el escenario prefería a Davis. A mediados de los años 40 el sonido con el que identificamos a Davis pertenece a Dorham. En 1947 Davis se independiza de Parker y su fama crece por encima de la de Parker. A Davis sólo lo desmonta otro “pretty face”, Chet Baker, ídolo de las adolescentes de finales de los años 40. Había más polvo en el camerino de Baker en esa época que en el Sahara. El póster de las crías de la época pre-Elvis es éste: https://www.foundagrave.com/wp-content/uploads/2015/07/Chet-Pensive.jpg En el mundo del sexo impera un capitalismo salvaje: unos se lo follan todo y otros bastante tenemos con aguantar la vida mirando a la línea del horizonte, imaginando que alguna vez llegará nuestra oportunidad. Eso cuenta no sólo a nivel personal (que se lo cuenten a Houellebecq, que lleva arrastrando el estigma de la falta de atractivo cada momento de su vida), sino a nivel profesional. Es algo de lo que te apercibes al viajar. Eres joven, tienes pocas oportunidades entre los tuyos, y un día te mandan a Nigeria a potabilizar el agua o en un programa de prevención la malaria y de pronto eres la sensación y tienes más experiencias sexuales en una semana que en una década, y llueven las oportunidades laborales. Una cosa va con a la otra. Mabern es un ejemplo claro. Se trata de un hombre de talento desmedido, pero de una etnia discriminada y de aspecto más abrutangado de lo habitual entre los suyos. Aguanta insultos desde el minuto 1 no sólo del público, sino de los músicos con los que toca. Un buen día es un día en que nadie le dice nada. Y así una semana tras otra, durante décadas. Su palmarés es impresionante. Graba con Booker Little, Charles Lloyd, Frank Strozier, Lionel Hampton, el jazztet, Donald Byrd, Miles Davis, Sonny Rollins, Freddie Hubbard, Lee Morgan, Roy Haynes, Wes Montgomery y Archie Shepp. Sin embargo, discurre toda la década de los años 60 y su nombre no suena. Un currante del piano como Kenny Barron (menos talentoso que Mabern) comienza después que él y comienza a grabar como líder a lo largo los años 70, época de la gran sequía del jazz. Mabern salva los muebles sobre todo gracias a George Benson, otro guaperas, que probablemente lo elige como sideman porque le cae gracioso, por compasión o con objeto de que su belleza quede aún más de manifiesto. Hasta los años 90 Mabern no se convierte en la figura que siempre fue. Hay que esperar hasta ese momento en que el jazz está más muerto que vivo y a que todos los que significaban algo hayan palmado, para que el mundillo discográfico lo descubra. Y aún entonces le toca grabar con tipos un tanto del montón. Por ejemplo, este trabajo. Eric Alexander es un secundón, un saxo muy de conservatorio y aburrido. No creo que haya tocado un sólo riff en su vida que no haya escuchado previamente a alguien. A John Webber lo emplea Mabern a menudo, probablemente por aquello de “apadrina a un autónomo”. No es Dan Berglund precisamente (ni ninguno de los bajistas polacos desconocidos que Stanko se sacó de la manga durante más de una década). Sólo Joe Farnsworth es el único músico de este cuarteto que da la talla. Mabern toca todo este concierto como contenido, con espíritu de un grupo. Pero aquí hay dos pesos muertos. No va a ser este trabajo algo que vaya nadie a escuchar sin parar.
Creo que soy demasiado viejo como para creer que el talento por sí mismo al final terminará siendo reconocido. Es un factor, pero a menudo intrascendente. Pienso en Ella Fitzgerald. En nuestra época, una mujer con su complexión física dudo que llegara a triunfar cantando. Fue muy popular entre los músicos negros, como Mahalia Jackson, pero ya “Big Mama” Thorton tuvo sus problemas para abrirse camino. Las mujeres obesas dejaron de gustar tras la segunda guerra mundial. Billie Holiday no tenía una voz mejor que la Fitzgerald, pero sí un físico más acorde con la estética pin-up... Y es la que aún sigue sonando. Pienso en Frank Sinatra que plagia su estilo de cantar a Jimmy Rushing, el gordo y negro crooner de la orquesta de Count Basie. ¿Quién recuerda a Jimmy Rushing? Hay caso muy reciente en el territorio pop: Nelly Furtado. Le llovieron premios en 2001, cuando era una adolescente. Echa un vistazo a la lista de premios. https://en.wikipedia.org/wiki/List_of_awards_and_nominations_received_by_Nelly_Furtado Entre 2002 y 2008 lo gana todo, justo la época en que pasa por Hollywood y el único varón que no le pide una cita con final feliz es Jimmy Neutrón. Sin embargo, el momento culmen de su interpretación es 2017 por la plenitud de su voz y los temas de sus canciones. Ella lo sabe, pero para entonces su público estaba ya bastante limitado en efectivos, que no han dejado de disminuir mientras ella ha aumentado en kilos: https://i.postimg.cc/Mp3d65wY/furtado.webp ¿Qué hace la Furtado? Atenerse a una fórmula y no quebrarse la cabeza más tratando de innovar. Hoy en día canta sólo para tallas grandes. Un pianista como Petrucciani en principio llama la atención como espectáculo circense. Caía muy gracioso que otro músico lo llevara en brazos y lo dejara sobre la banqueta del piano. La gente se reía. Se convirtió en una especie de ritual, que repitió de continuo en una época en que la sociedad comenzaba a valorar a los “discapacitados”. Hoy en día dudo que tuviera el menor eco. Nuestra especie es bastante superficial. Recién salido del conservatorio me dijo una vez un productor de discos: “Los discos se hacen para idiotas, porque los más de los compradores son idiotas”. Los menos no mueven industria alguna.
Una vez más decir lo infravalorado que fue este hombre en vida para lo magnífico músico que fue. Aprovecho para completar la entradilla.
ReplyDeleteTemas y compositores:
- A Few Miles From Memphis (Harold Mabern).
- I Get A Kick Out Of You (Cole Porter).
- I Know That You Know (Anne Caldwell, Vincent Youmans).
- I Remember Clifford (Benny Golson).
- T-Bone Steak (Jimmy Smith).
- Almost Like Being In Love (Frederick Lowe/Alan Jay Lerner).
- Dear Lord (John Coltrane).
- Nightlife in Tokyo (Harold Mabern).
- She's Out Of My Life (Tom Bahler).
- How Insensitive (Antonio Carlos Jobim, Norman Gimbel).
- Mr. P.C. (John Coltrane).
- One A Clear Day (Alan Jay Lerner, Burton Lane).
- You Are Too Beautiful (Richard Rodgers/Lorenz Hart).
- Rakin' And Scrapin' (Harold Mabern).
Cartel.
- Pianista – Harold Mabern.
- Saxo tenor – Eric Alexander.
- Bajista – John Webber.
- Baterista – Joe Farnsworth.
Tal vez esto arroje un poco de luz sobre esa más que cierta "infravaloración" de Harold Mabern como gran figura del Jazz:
ReplyDeleteLa infravaloración es, en este contexto, un subproducto de sus decisiones profesionales (actuar demasiado como sideman) y la propia estructura económica del jazz. El éxito como acompañante de élite y el compromiso con la formación de la siguiente generación de músicos (su legado pedagógico) desviaron su enfoque de la construcción de una marca comercial individual. La invisibilidad que se percibe es un costo de haber elegido la estabilidad profesional y la mentoría generacional sobre la ambición de ser una estrella de los sellos discográficos.
La música de Mabern, descrita como "pura belleza" y sin pretensiones , habla por sí misma. Él encarnó la esencia del músico de jazz como narrador, cuyo arte siempre tuvo un mensaje profundo. Su legado se preserva y transmite no solo a través de sus grabaciones, sino a través de la influencia directa en innumerables alumnos que hoy dominan la escena del jazz.
Un saludo.
Eres persona esperanzada. Es claro. Eso te ayudará a vivir bien. A mí me atrae la historia, aunque sea una pocilga y termine por cabrearme, pero no puedo evitar que me atraiga.
DeleteMi impresión es que en el mundillo del jazz hay un secreto a voces y es que la belleza cuenta y tiene un gran papel en la vida profesional. Si eres físico cuántico o vendes café seguro que también contará, pero mucho más si te dedicas a un arte escénico.
Davis tuvo un inicio de carrera ya explosiva, porque era “ese negro guapo”. Atraía a las mujeres desde el principio (blancas, negras o verdes, daba igual). Parker lo sabía y, aunque para grabar llamaba a Dizzy, a McGhee, Dorham o a Rodney en el escenario prefería a Davis. A mediados de los años 40 el sonido con el que identificamos a Davis pertenece a Dorham. En 1947 Davis se independiza de Parker y su fama crece por encima de la de Parker. A Davis sólo lo desmonta otro “pretty face”, Chet Baker, ídolo de las adolescentes de finales de los años 40. Había más polvo en el camerino de Baker en esa época que en el Sahara. El póster de las crías de la época pre-Elvis es éste:
https://www.foundagrave.com/wp-content/uploads/2015/07/Chet-Pensive.jpg
En el mundo del sexo impera un capitalismo salvaje: unos se lo follan todo y otros bastante tenemos con aguantar la vida mirando a la línea del horizonte, imaginando que alguna vez llegará nuestra oportunidad. Eso cuenta no sólo a nivel personal (que se lo cuenten a Houellebecq, que lleva arrastrando el estigma de la falta de atractivo cada momento de su vida), sino a nivel profesional.
Es algo de lo que te apercibes al viajar. Eres joven, tienes pocas oportunidades entre los tuyos, y un día te mandan a Nigeria a potabilizar el agua o en un programa de prevención la malaria y de pronto eres la sensación y tienes más experiencias sexuales en una semana que en una década, y llueven las oportunidades laborales. Una cosa va con a la otra.
Mabern es un ejemplo claro. Se trata de un hombre de talento desmedido, pero de una etnia discriminada y de aspecto más abrutangado de lo habitual entre los suyos. Aguanta insultos desde el minuto 1 no sólo del público, sino de los músicos con los que toca. Un buen día es un día en que nadie le dice nada. Y así una semana tras otra, durante décadas. Su palmarés es impresionante. Graba con Booker Little, Charles Lloyd, Frank Strozier, Lionel Hampton, el jazztet, Donald Byrd, Miles Davis, Sonny Rollins, Freddie Hubbard, Lee Morgan, Roy Haynes, Wes Montgomery y Archie Shepp. Sin embargo, discurre toda la década de los años 60 y su nombre no suena. Un currante del piano como Kenny Barron (menos talentoso que Mabern) comienza después que él y comienza a grabar como líder a lo largo los años 70, época de la gran sequía del jazz. Mabern salva los muebles sobre todo gracias a George Benson, otro guaperas, que probablemente lo elige como sideman porque le cae gracioso, por compasión o con objeto de que su belleza quede aún más de manifiesto.
Hasta los años 90 Mabern no se convierte en la figura que siempre fue. Hay que esperar hasta ese momento en que el jazz está más muerto que vivo y a que todos los que significaban algo hayan palmado, para que el mundillo discográfico lo descubra. Y aún entonces le toca grabar con tipos un tanto del montón. Por ejemplo, este trabajo. Eric Alexander es un secundón, un saxo muy de conservatorio y aburrido. No creo que haya tocado un sólo riff en su vida que no haya escuchado previamente a alguien. A John Webber lo emplea Mabern a menudo, probablemente por aquello de “apadrina a un autónomo”. No es Dan Berglund precisamente (ni ninguno de los bajistas polacos desconocidos que Stanko se sacó de la manga durante más de una década). Sólo Joe Farnsworth es el único músico de este cuarteto que da la talla. Mabern toca todo este concierto como contenido, con espíritu de un grupo. Pero aquí hay dos pesos muertos. No va a ser este trabajo algo que vaya nadie a escuchar sin parar.
Pasa un buen finde.
;)
DeleteCreo que soy demasiado viejo como para creer que el talento por sí mismo al final terminará siendo reconocido. Es un factor, pero a menudo intrascendente.
DeletePienso en Ella Fitzgerald. En nuestra época, una mujer con su complexión física dudo que llegara a triunfar cantando. Fue muy popular entre los músicos negros, como Mahalia Jackson, pero ya “Big Mama” Thorton tuvo sus problemas para abrirse camino. Las mujeres obesas dejaron de gustar tras la segunda guerra mundial. Billie Holiday no tenía una voz mejor que la Fitzgerald, pero sí un físico más acorde con la estética pin-up... Y es la que aún sigue sonando.
Pienso en Frank Sinatra que plagia su estilo de cantar a Jimmy Rushing, el gordo y negro crooner de la orquesta de Count Basie. ¿Quién recuerda a Jimmy Rushing?
Hay caso muy reciente en el territorio pop: Nelly Furtado. Le llovieron premios en 2001, cuando era una adolescente. Echa un vistazo a la lista de premios.
https://en.wikipedia.org/wiki/List_of_awards_and_nominations_received_by_Nelly_Furtado
Entre 2002 y 2008 lo gana todo, justo la época en que pasa por Hollywood y el único varón que no le pide una cita con final feliz es Jimmy Neutrón.
Sin embargo, el momento culmen de su interpretación es 2017 por la plenitud de su voz y los temas de sus canciones. Ella lo sabe, pero para entonces su público estaba ya bastante limitado en efectivos, que no han dejado de disminuir mientras ella ha aumentado en kilos:
https://i.postimg.cc/Mp3d65wY/furtado.webp
¿Qué hace la Furtado? Atenerse a una fórmula y no quebrarse la cabeza más tratando de innovar. Hoy en día canta sólo para tallas grandes.
Un pianista como Petrucciani en principio llama la atención como espectáculo circense. Caía muy gracioso que otro músico lo llevara en brazos y lo dejara sobre la banqueta del piano. La gente se reía. Se convirtió en una especie de ritual, que repitió de continuo en una época en que la sociedad comenzaba a valorar a los “discapacitados”. Hoy en día dudo que tuviera el menor eco.
Nuestra especie es bastante superficial. Recién salido del conservatorio me dijo una vez un productor de discos: “Los discos se hacen para idiotas, porque los más de los compradores son idiotas”. Los menos no mueven industria alguna.
¿Quién recuerda a Jimmy Rushing? YO
Deletehttps://egrojworld.blogspot.com/search/label/Jimmy%20Rushing
;)
Sólo te ha hecho falta añadir "y yo valgo por miles".
DeleteAún quedan quijotes en el mundo.
:D
Sí, mi parte quijotesca rescatar a los olvidados.
Delete;)